Thursday, April 21, 2011

Sobre la frase "más larga que una Cuaresma"


Ayer la reina de mi calle, mi mamá de ochentipico, me dijo que esta cuarema se había ido volando; y recordé que mucha gente, para decir que algo es largo dice que "es más largo que una cuaresma". Pero las cuaresmas dejaron de ser largas, las cuaresmas se fueron con Los Cantores de San Juan, el Profesor que canta, el Show de Tommy y los teléfonos públicos. Una señal de los tiempos. Hoy invité a quien canta en mi corazón, quien me salpica los neurotransmisores de ilusión (a mi edad, éso es bien chulo) a cenar. Yo cocino muyyyyyyyyyy bien (MA). Y me sorprendí al fijarme en que el menú consiste de un NY steak con una salsa de limón y yerbas,un arroz con tocino y una ensalada de berros (del País por supuesto). Cuando las cuaresmas eran largas, el Jueves de Semana Santa era tan santo como el Viernes, y había una tristeza en la calle que nos tranquilizaba ; un tipo de Xanax catolicista sin efectos secundarios. Jamás se hubiese comido en mi casa un steak un Jueves Santo, ni tocino, ni pollo...jamás. Pero cuando los Jueves eran santos en mi casa se comía carne de vez en cuando y eso era pollo, chuleta y bistec del ablandado a macetazos. Sólo había tres o cuatro canales de televisión y si querías verlos todos había que treparse encima de la casa a mover la antena mientras alguien frente al televisor te gritaba "dále pal otro lao" y tú preguntabas pa cuál y te decían pal otro lao...un poquito más....pa trás... te pasaste....Y así era siempre que no te conformabas con el canal que se veía bien. El miércoles, también santo, comenzaban las películas de la Santa Semana. A veces ni tenían que ver con Cristo, después que hubiera gente en chancletas y batas romanas, pasaban la prueba. También pasaban la prueba películas mejicanas o españolas que nos hicieran llorar como "Flores blancas para mi hermana negra" o la del enanito que tuvo un hijo con una mujer que se hizo rica luego y se lo quería quitar; las de Joselito también eran permitidas. Todo era sublime y llovía casi toda la semana. Las procesiones llenaban las noches y todo el mundo quería autocastigarse con la cera derretida de las velas que sujetaban mientras cantaban que si "grandes son mis culpas, mayor es tu bondad"; o sea yo puedo hacer lo que me dé la gana que después tú me perdonas.

Aquellos que nos hemos podido dar un viajecito aunque sea a las cabañas de Boquerón sabemos que cuando hacemos muchas cosas diferentes a lo común, los días parecen ser más largos (se acuerdan lo larga que nos resultó la high). En esa caravana de cosas que hacíamos en Cuaresma los que pertenecíamos a familias católicas, la cuaresma se hacía larga; además no paraba de llover y las películas de Kirk Douglas y James Drury y el chumbo aquel que quería que todo el mundo tuviera armas encima (se me olvidó el nombre....la gente mala vibra se disipa GAD bien rápido). Hace 20 años atrás estar escribiendo o haciendo cualquier tipo de trabajo en Jueves Santo era un pecado. Hoy lavé el carro, escribí ésto, y voy a preparar un steak. Y sigo siendo una persona de mucha fe (una fe que comparto ahora hasta con Zoroastro). Y este post no es más largo que una cuaresma aunque ahora todo es más rápido..... y puede ser más rápido todavía. Por eso las cuaresmas ya no son largas.

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Tuesday, April 19, 2011

El Café Boricua

Hace unas semanas visité a mi tío, el veterano; el que hace la compra en el PX de Buchannan. Todos en Puerto Rico conocemos a alguien que compra en el PX. Esa es la persona que nos compra las cervezas en la base para el bautismo del nene o la boda de la nena. Al terminar mi visita ( cuando uno dice "bueno voy a seguir por ahí porque no me pienso quedar aquí para siempre") mi tío veterano me regaló una lata grandísima de café de la base. Ni siquiera tenía marca; sólo era all purpose ground coffee. Yo no quería que se sintiera mal, por eso le acepté con aparente gusto su regalo. Para mí comprar café que no sea puertorriqueño es traición a la patria; es como enriquecerme cantando Coño despierta boricua, o montando una iglesia para repetir incansablemente la línea del "dador alegre", o formando un sindicato para no tener que trabajar y vivir de los que sí lo hacen. Este café no lo compré; no tengo el estigma de aquellos MB (mamabi....) que compran Bustelo o Maxwell House o incluso las grandes marcas boricuas como Yaucono o Crema cuyos granos pueden soltar la mancha de otras partes que no son Yauco ni Lares ni Adjuntas.
Pasaron los días y me topé, una mañana de esas preciosas que me despiertan, que se me había acabado el café que suelo comprar (mis marcas favoritas son Encantos, Coquí, El Lareño, D'Aquí, los de Atienza de Jayuya...cualquiera que salga de las montañas de mi tierra y no de Caguas ni de Santurce). Todavía estaba al fondo de la primera tablilla de la nevera el café de la base. A falta de pan galletas! Y muy adentro de mí me decía que mi nacionalismo afectaba demasiado mis decisiones, que éso de que el café nuestro es el mejor es subjetivo. Abrí la lata y de ver aquella harina liviana y clara pensé "bueno, si lo venden en la base debe ser bueno".
Me preparé el café en mi greca milenaria, la que no tiene tapa ni agarradera, a la que le he cambiado la junta dos o tres veces (las venden en Capri).
Cuando estuvo listo el café (en tiempo récord...aquello subió tan rápido que me pregunté si había olvidado poner la harina en la greca)y me lo serví, sentí una alegría inmensa de saber que mi insistencia en el café boricua no es subjetiva ni nacionalista. El café de la base era el peor café que había probado en mi vida. Ni siquiera mi adicción mañanera a la cafeína lo toleró. Boté la taza y la lata, el resto de la harina fue a parar a la composta. Pensé que todo el café extranjero que llega a Puerto Rico sería mejor utilizado como fertilizante para nuestros árboles de café; los que dan trabajo a nuestra gente.